La Revolución de la Ternura

La Revolución de la Ternura

Una fuerza transformadora en tiempos de ansiedad y desconexión

La ternura no es cursilería, ni debilidad, ni sentimentalismo vacío. Es una fuerza ética y emocional profundamente humana. Una excelencia del carácter que nos permite generar espacios de auténtico encuentro, respeto y empatía. Desde esa apertura sincera, podemos comunicarnos sin defensas y responder con tranquilidad y amabilidad.

La inteligencia tiene que ver con abrir el corazón

La inteligencia también tiene que ver con abrir el corazón a la sensibilidad. Esa que nos permite aceptar en nosotros mismos sentimientos que, en ocasiones, pueden llegar a ser confusos y abrumadores. Es aprender a entender que todos compartimos la misma humanidad: miedos, inseguridades y el deseo de pertenecer y ser reconocidos.
Al desarrollar la capacidad de vernos en el momento presente, aprendemos a recibirnos ante nosotros mismos y a aceptar nuestra propia humanidad. Esto fortalece —desde la paciencia— el discernimiento del propio ruido: ese que, a veces, grita situaciones que aún generan enseñanzas, y otras, que ya han dejado de aportar a nuestra vida y debemos dejar atrás con valentía.

Salir de los lentes que nos nublan

Salir de esos lentes que nos nublan la mirada -esos que nos hacen vernos de manera rígida y meramente estática- es comenzar a movilizar creencias antiguas, experiencias e historias de aprendizaje que fueron formando maneras anteriores de percibirnos.
Aprender a mirarnos con ojos más actualizados nos abre a la flexibilidad, permitiéndonos recibirnos de formas distintas, con una especial apertura hacia lo cercano y una aceptación más amable de nuestra propia humanidad.

Mirarnos con ternura

Ilustración: @ottokim

Es permitirnos acceder a un superpoder que nace de la atención y el cuidado. Es el poder del respeto hacia nuestros propios estados emocionales, reconocer lo que sí está bien en nuestra vida y valorar lo que sostiene nuestro bienestar y alegría en el presente.
Es comenzar a identificar aquello que, hoy, de verdad, nos permite ser felices.

Este camino implica soltar el hábito de enfocarnos solo en lo que falta o se ha perdido -algo que, sin duda, puede ser difícil- para fortalecer, en cambio, una mirada tierna y merecedora hacia nosotros mismos.
Desde allí, se despiertan sentimientos que nos sorprenden, abriendo caminos hacia nuestro ser más auténtico, nutriendo nuestra existencia e identidad con profundidad.

Sin embargo, vivimos en una cultura que muchas veces ridiculiza la ternura. Se la invalida o se la desprecia, asociándola con fragilidad o inutilidad. Pero, como dice Marcela Serrano:

“La ternura es política, es resistencia, es lo que nos queda cuando todo lo demás se ha roto.”

Este desprecio cultural insiste en asociarla con debilidad. Pero, como bien afirma Serrano, la ternura resiste cuando todo lo demás cede. Es el recurso fundamental de lo humano que sostiene la conexión y el amor. Es la fuerza que permite reparar y movernos juntos hacia zonas de reconocimiento, profundamente humanas.
Un camino de búsqueda donde coincidimos y merecemos ser encontrados.

La ternura es una herramienta de dignidad colectiva que todos podemos cultivar. Nos recuerda que, incluso en medio del caos, podemos elegir no endurecernos.
El teólogo italiano Carlo Rocchetta la define como:

“Una fuerza, señal de madurez y vigor interior, que brota tan solo en un corazón libre, capaz de ofrecer y recibir amor.”

Rocchetta deja claro que la ternura auténtica no es superficial ni frívola: es una virtud profunda, una forma de amor atenta, receptiva y consciente.

Agrega también que:

“La ternura asume la densidad concreta de nuestro ser, pero se realiza por completo solo como experiencia espiritual.”

Esto significa que la ternura no es solo una emoción humana, sino también un puente hacia lo más elevado de la experiencia espiritual y amorosa.
Es una forma de gracia que nos humaniza y nos reconecta con lo esencial.

La ternura como escudo y sostén

amor propio

Ilustración: @ottokim

La ternura también es un escudo contra la indiferencia y la muerte en vida. Una protección frente al aislamiento, el cinismo o la frialdad emocional.
Nos salva, nos une, nos humaniza.

Como escribió Olga Tokarczuk, Premio Nobel de Literatura:

“La ternura es la forma más humilde de mirar, de estar en el mundo. Es una manera de acercarse con atención, con respeto.”

La ternura es un acto político, espiritual y profundamente humano.
Nos protege de la deshumanización y nos sostiene frente a la indiferencia.
Nos da el coraje suave de seguir vivos, con los ojos abiertos y el corazón sensible.

Momentos de ternura cotidiana

Todos podemos experimentarla. Ocurre, por ejemplo, cuando un padre llega del trabajo estresado, o cuando alguien discute con su pareja. Y sin embargo, al estar junto a ese ser querido que despierta ternura, algo poderoso sucede: se desarman los estados de rigidez y angustia, la ansiedad disminuye, y se activa una conexión profunda con lo sutil del momento presente.
Desde el cuidado y el amor, esos instantes transforman nuestros estados más humanos en espacios de vínculo y bienestar.

Cultivar la ternura: un recurso vital para el bienestar emocional

✨ Te invito a practicar la ternura esta semana: hazla presente en tus palabras, en tus gestos, en tus relaciones. Con tu pareja, tu familia, tus amigos… y también contigo mismo o contigo misma. Escucha con atención, acércate sin juicio.

Porque la ternura no es rendirse, sino resistir sin perder la sensibilidad.
Es una elección consciente y poderosa que, más allá de ser un acto emocional, funciona como un auténtico factor protector frente a la ansiedad y el estrés que afectan nuestro día a día.

Al cultivar la ternura, fortalecemos nuestra capacidad de conectar y empatizar.
Promovemos un bienestar integral que nos permite enfrentar los desafíos con mayor equilibrio y resiliencia.

En tiempos donde la incertidumbre y la presión constante pueden desbordarnos, la ternura emerge como un recurso vital para sostenernos, humanizarnos y construir espacios de paz -interna y colectiva-.
Practicarla es, sin duda, una inversión profunda en nuestra salud emocional y espiritual. Una siembra que florece en relaciones más sanas, comunidades más solidarias y una vida con mayor sentido y plenitud.

Gracias por estar aquí.

Por darte este tiempo.
Por leer TeCalmas.es

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Comments

Una respuesta a «La Revolución de la Ternura»

  1. Avatar de Alba Galeano
    Alba Galeano

    Expectacular Reflexión. Palabras sabias que me han regalado momentos de plenitud y paz interior Gracias por este bello texto , por tu dedicación y tiempo .

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