El poder de escuchar: un acto de amor y respeto
Hoy comparto un escrito anónimo que un profesor de la maestría en Inteligencia Emocional nos leyó en clase. Sus palabras hace ya algunos años, nos invitaron a reflexionar profundamente sobre el verdadero valor de la escucha y cómo, a veces, escuchar con presencia puede ser el mayor acto de empatía y apoyo.
Carta del escuchado al que escucha:
Cuando te pido que me escuches, y tú empiezas a darme consejos, no has hecho lo que te he pedido.
Cuando te pido que me escuches, y tú empiezas a decirme por qué no debo sentirme así, no respetas mis sentimientos.
Cuando te pido que me escuches, y tú sientes el deber de hacer algo para resolver mi problema, no atiendes mis necesidades.
¡Escúchame!
Solo necesito que me escuches, sin juicios ni soluciones apresuradas. Aconsejar es fácil, pero yo no soy incapaz. Quizá me sienta desanimado o esté atravesando una dificultad, pero eso no me convierte en inútil.
Cuando haces por mí aquello que puedo hacer por mí mismo —y que no he pedido— alimentas mi inseguridad. En cambio, cuando aceptas que lo que siento me pertenece, incluso cuando te parezca irracional, ya no tengo que esforzarme en justificarlo y hacértelo entender y puedo empezar a descubrir lo que hay dentro de mi.
-Anónimo-
Acompañar en silencio: cómo fortalecer desde la presencia
En muchas ocasiones, el mayor apoyo consiste simplemente en escuchar: ofrecer al otro un espacio seguro donde expresar su dolor y sus pensamientos, sintiéndose recibido con respeto y compasión.
Intentar “rescatar” al otro, aunque nazca de una buena intención, puede complicar la situación y profundizar el sufrimiento. En consulta, abordamos la condescendencia, Como una actitud que no es asertiva en la mayoría de los casos ya que, lo más útil es aprende a tratar a los demás como personas capaces de afrontar sus retos, depositando en ellos nuestra confianza y brindándoles amor y apoyo.

Indicar a nuestros seres queridos lo que “deben” hacer —o evitar que se equivoquen— impide aprendizajes esenciales y frena el desarrollo tanto de la autoestima como de la autoeficacia, dos pilares fundamentales del bienestar y la salud mental.
Por eso, aprendamos a escuchar un poco más. Este apoyo profundo y asertivo fortalece la conexión, fomenta la reflexión conjunta y enriquece a ambas partes.
Antes de decirle a alguien lo que tiene que hacer, pregúntate:
- ¿Puede esa persona resolver la situación a su manera, aunque no sea como yo espero?
- ¿Sería más amoroso y respetuoso permitirle encontrar su propio ritmo, sin intervenir?
Hace unos meses, durante una sesión de terapia familiar, un paciente propuso una tercera pregunta que considero un valioso aporte. Decidí integrarla porque refleja una actitud asertiva y respetuosa.
3. ¿Quieres que te dé mi opinión o solo necesitas que te escuche?
Una pregunta sencilla, pero poderosa, que abre espacio al otro, reconoce su autonomía y permite establecer un vínculo más consciente y empático.
Cuando quieres dar tu opinión, pídele permiso; preguntándole si quiere tu opinión o solo que la escuches. Confiar en su proceso, ofreciéndole una red que le quiere y le respeta, es un gesto que —a corto y largo plazo— fortalece, protege y empodera su autonomía y realización personal.
¿Te ha resultado útil esta reflexión? ¡Comparte tu opinión o experiencia en los comentarios y sigamos aprendiendo juntos!
Gracias por estar aquí.
Por darte este tiempo.
Por leer TeCalmas.es

#InteligenciaEmocional
#PresenciaConsciente
#CuidarSinControlar
#ApoyoRespetuoso
#ConfianzaMutua
#CrecimientoEmocional
#RelacionesSanas
#AprenderAEscuchar
#TecalmasReflexiones

Deja una respuesta